Un dato que pone de manifiesto que Madrid es una de las maratones más codiciadas del momento, un desafío que trasciende al deporte convirtiendo los 42 kilómetros de la capital en una experiencia turística de primer nivel. Y es que solo una vez al año se tiene la oportunidad exclusiva de correr durante horas sobre el asfalto madrileño cobijado por sus imponentes monumentos: las torres KIO, la Puerta del Alcalá, la estación de Atocha, la plaza de Cibeles, la plaza de Neptuno, etc. Un recorrido que es un auténtico regalo para la vista.